Siempre compartimos con los huéspedes que llegan, lo que otros han comentado en su visita. Evidentemente no todas las peticiones pueden ser subsanadas. Lo más importante de un comentario, es ver la participación de otros huéspedes en ese hilo conductor que te lleva a mejorar lo que se puede y a poner en perspectiva lo que no.
Ayer, con clientes del País Vasco por segunda vez, ojeábamos lo que otros clientes nos recomendaban.
-¿Qúe os parece?
-Hombre, hay cosas que en el campo son como son. No puedes pretender que una araña no se te cuele en la habitación, que un mal olor no salga en un momento determinado, que la carretera tenga unas curvas o muros complicados de librar, pero.. eso ya lo sabes cuando vienes al campo.
– Si, lo que ocurre es que cada día el cliente exige más y a veces no se abstrae lo suficiente para valorar todo lo de alrededor sin tener en cuenta cuatro pequeñeces.
Conclusión: En el campo las cosas son como son. Uno puede modificar ciertas cosas, pero no todo lo que el cliente quiere modificar es fácil y viable porque simple y llanamente no depende de tí. Es muy importante que hagamos al cliente parte del entorno sin que se sienta identificado con las paredes, las carreteras ni otros lugares por donde transita. Es importante hacerle ver que debe apreciar lo interior no lo exterior del viaje. Y en lo exterior no me refiero al entorno, me refiero a el acceso para llegar al entorno, donde lo bonito es el fin, no los medios para el mismo.
Juan Otero
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4 Comentarios
Buenos dias Juan, con todo también hay condicionantes o situaciones que alteran el Fin, como en todas las cosas hay….para todos, por mucho que “mires” al interior siempre será un turismo distinto.
En una ocasión, hace poco tiempo, acompañados de unos amigos de Barcelona, visitabamos una zona de Asturias y para estar mas independientes e integrados en el medio, habiamos decidido alquilar una Casa Rural en lugar de utilizar un próximo Hotel.
Todo iba bien, nuestra llegada en la noche del viernes con una luna llena que iluminaba todo el campo, la casa con buena temperatura, el descanso nocturno “bastante” tranquilo ( con la excepción de 2/3 gallos que no pararon de cantar toda la noche). Hacia las 9,30 horas nos disponiamos a desayunar y preparar los planes del dia, abrimos las ventanas y……de repente un tremendo olor a cucho, llenó toda la habitación y practicamente la casa; una rápida salida al exterior para inspeccionar los alrededores nos permite comprobar que una cuadra próxima de vacas, en donde estaban “arreglando” las camas a sus residentes, producia tal situación.
A las 13 horas la situación perfumada continuaba y como parecía imposible de solucionar, decidimos marchar y renunciar a la casa; los propietarios entendieron y aceptaron nuestras explicaciones, incluso renunciando a cobrar uno de los dos dias que faltaban por utilizar.
Creo que se pueden sacar algunas buenas conclusiones del caso.
Un cordial saludo. Rafael Secades
Hola Rafael. Lo que te ocurrió a tí, a mí me paso en casa de un pariente en León que había comprado la casa al lado de una cuadra. Barata sí pero…
Hay cuestiones insalvables y esa es una de ellas.
saludos
Juan
[…] He leído en su blog una entrada muy interesante titulada Dialogos con mis clientes , en ella relata que al preguntar sobre la calidad del servicio que presta a sus clientes, éstos a veces responden con exigencias que simplemente están fuera del alcance del servicio que él puede proveer, (vg. que el acceso a la casa sea por una carretera buena, o que no salga una araña de la cañeria del baño, por decir algo). Lo que en esos caso sucede es sencillamente que mejorar no está bajo su control. […]
ESTAS COSAS PASAN, EL CAMPO ES UN LUGAR MUY IMPREVISIBLE